Con la lectura de Dexter, El oscuro pasajero y Querido Dexter he vivido una paradójica situación en la que se juntaban, por un lado, la pésima traducción del primero de los libros (algo mejor en el segundo, sin que llegue a ser como para lanzar las campanas al vuelo) y que ya conocía al personaje y parte de su historia gracias al par de temporadas de la serie de televisión que ya había visto, y por otro lado, el interesante descubrimiento de las notables diferencias entre las novelas y sus “adaptaciones” a la pequeña pantalla. El Dexter literario es, sin duda, mucho más ácido y mortífero que su equivalente televisivo, aunque carece –en parte- del encanto de éste. En cualquier caso, se hace querer, engancha a pesar de la mala traducción y me ha aportado unos buenos ratos de descanso tras llegar a casa de trabajar.
Ya estoy al acecho de la tercera parte, que aparecerá publicada en castellano el día 3 de noviembre, esperemos que con un mejor trabajo “traductoril”, aunque por lo que he leído por ahí, la historia que plantea Lindsay está un poco traída por los pelos. En cualquier caso, no puedo resistirme a evaluar ésta nueva aventura de nuestro psicópata preferido ;) .
Suerte en 20 minutos, que no queda nada, y estamos todos nerviosos con los votos. Te seguire leyendo despues...