Ahora puede encontrar los últimos contenidos de Andanzas de un trotalomas en nuestra nueva dirección: http://trotalomas.wordpress.com

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán




He pasado unos días disfrutando de lo lindo en compañía de dos Pablos, Tusset y Miralles, autor y personaje, ambos de aguda inteligencia y lengua aficionada a modular expresiones procaces. Hace unos años, no recuerdo si por falta de tiempo, por andar atareado con varias lecturas o por qué motivo exacto, descarté la novela Lo mejor que le puede pasar a un cruasán tras leer apenas el primer capítulo. Sin embargo, tal vez porque el verano es proclive a este tipo de lectura, quizás porque había llegado su momento, en esta ocasión he devorado el libro en cuestión. Emparentada con la novela negra y picaresca, la historia que nos trae Tusset en su primer título, publicado siete años atrás, nos atrapa en la resolución de la intriga de la que Miralles no puede escapar: su hermano y la secretaria de éste desaparecen sin dejar rastro, dejando a Pablo una deuda de cincuenta mil pesetas a cuenta de un trabajito que le había sido encargado por aquél. Así comienzan las aventuras de este remedo del genial Ignatius narradas por su equivalente en la vida real, un nuevo Mendoza con aires de Vázquez Montalbán . Y es que, aunque las comparaciones sean odiosas, no puedo dejar pasar las impresiones que desde un primer momento me transmitió la novela. Con todo, aunque resulta genial y atrapa desde su comienzo, no dejó de recordarme –salvando las distancias- al protagonista de La conjura de los necios atrapado en El laberinto de las aceitunas . Eso sí, las numerosas referencias a hechos contemporáneos a la obra, generalmente banales, le dan un toque de frescura que, me temo, irá deteriorándose con el paso del tiempo.


En resumen, resulta un libro ideal para disfrutar con la aventura que nos presenta, especialmente en estos largos días de estío, aunque no se trate de una obra maestra.

0 Comments:

Post a Comment