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El Guadiana (Viaje a Mérida, 2ª parte)

Otro de los gratos acompañantes durante toda la estancia en Badajoz fue el inmenso Guadiana. Tanto en la ciudad de Mérida, como durante el continuo deambular por tierras pacenses, el río Anas estuvo siempre presente. La hermosísima vista del mismo, cuando estaba sobre el puente romano de Mérida no dejaba entrever la difícil situación de aquel cuando, hacía apenas unos meses, estaba totalmente cubierto por el lirio de agua, una especie invasora que ahoga la vida de nuestros ríos, como explicaba días atrás en La Dehesilla News.



En ambas fotografías puede observarse el día maravilloso que disfrutamos allí mi pequeña Ro y yo, en la grata compañía del pequeño Destroyer & Family. La de abajo, con el puente romano, es sólo un breve adelanto del recorrido histórico por Mérida, que narraré en la última entrada de esta serie de tres.



Ilíada

Habló Aquiles y dijo:

Hijo de Laertes, divino de mente astuta, es mejor que hable claro y diga lo que pienso, y lo que sucederá: así nos evitaremos seguir charlando inútilmente. No hay en la tierra ni un solo aqueo que pueda convencerme de que abandone mi ira. No podrá hacerlo Agamenón, ni podréis hacerlo vosotros. ¿Qué provecho obtiene quien combate, siempre, sin tregua, ante cualquier enemigo? El destino es igual tanto para el animoso como para el bellaco, igual es el honor para el valiente que para el cobarde, y mueren igual el holgazán y el esforzado. Nada me queda después de haber sufrido tanto, después de haber arriesgado mi vida en todo momento en el corazón de la batalla. Como un pájaro que lleva a sus polluelos la comida que con tanto esfuerzo ha conseguido, del mismo modo pasé yo muchas noches insomnes, y muchos días dediqué a luchar contra el enemigo en el campo ensangrentado.


[...]

Ve a donde esté Agamenón y refiérele lo que te he dicho, y hazlo en voz alta, delante de todos, de manera que los demás aqueos sepan qué clase de hombre es, para que tengan cuidado, no vayan a ser engañados ellos también. Yo os digo que, por muy desvergonzado que sea, no volverá a tener el valor de mirarme a los ojos. Y yo no iré en su ayuda, ni combatiendo, ni dándole consejo; ya he tenido bastante, que se vaya al diablo, nada puedo hacer si se ha vuelto loco. Él ya nada me importa, y odio sus presentes: aunque me diera diez, veinte veces cuanto posee, aunque me ofreciera tantos bienes como granos tiene la arena, ni siquiera así lograría doblegar mi corazón. Antes tendrá que pagar, hasta el fondo, la horrible ofensa con que me ha herido.


(Alessandro Baricco, Homero, Ilíada)

Me lo ha quitado de la punta de la lengua. Parece que Aquiles trabajase en una consultoría ;).

Mazurca para dos muertos

“Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada. (...) Llueve con tanta monotonía como aplicación desde el día de San Ramón Nonato, a lo mejor desde antes aun, y hoy es San Macario, que trae suerte a los naipes y a las papeletas. Orvalla despacio y sin parar desde hace más de nueve meses sobre la yerba del campo y los cristales de mi ventana, orvalla pero no hace frio, quiero decir mucho frio..."


Mazurca para dos muertos. Camilo José Cela.

El pantalón de pana

Lo admito: soy un enamorado de la pana. Posiblemente se trata del tejido más pueblerino que pueda existir, y seguramente por eso me gusta tanto. No hay nada como unos pantalones de pana gruesa desgastados, aunque ahora, con los vaivenes de la moda, puedan verse pantalones de fina pana, con corte de jeans y todo tipo de colores. Que también los gasto, admitámoslo, pero no tienen la prestancia y serenidad de un pantalón de pana, de corte clásico y tiro largo. Con la pana se llegan a hacer incluso corbatas, como la del Corduroy Club.


Hoy llueve y hace algo de frío, es un día para llevarlos puestos. Buscando algo de información por Internet, apenas se encuentra nada sobre los mismos, de tan desvinculados como parecen del frenético ritmo que nos imponen las nuevas tecnologías. Aunque sí, hace un par de meses en otro blog se hablaba de este tema, y no puedo más que coincidir en lo esencial con su autor. Sin embargo, yo pienso que el pantalón de pana está hecho para llevarlo siempre, aunque en el campo encuentra a las personas que, con su modus vivendi, hacen imprescindible su existencia. Sería imposible imaginar así al Azarías de Los Santos Inocentes vestido sin este pantalón, o al mismo Paco Rabal en la caracterización de otro personaje de Delibes, el Señor Cayo, luciendo otra vestimenta. El pantalón de pana rompe así las ataduras al traje de chaqueta, a los convencionalismos y al trabajo mecánico al que nos somete la sociedad. Ponerse un pantalón de pana viene a ser, hoy día, una actitud trasgresora con la moda cambiante, una reivindicación de lo natural, de la segunda piel que necesitamos desde que, milenios atrás, nos despojamos (algunos más que otros) de nuestras vellosidades y comenzamos nuestro deambular como humanos, que no puede ser de otro material más que de pana.


Extremadura (Viaje a Mérida, 1ª parte)

La verdad es que este viaje a Extremadura venía posponiéndose bastante tiempo. El pasado septiembre queríamos pasar unos días entre Cáceres y Badajoz, visitar en el primero el recientemente declarado Parque Natural de Monfragüe y, en el segundo, a unos amigos. Pero, con vacaciones tomadas y todo, coincidió una semana de lluvias imparables que, si bien son mano de santo para el campo (y bienvenidas sean), nos fastidiaron el viaje.


Así pues, cuando el pasado fin de semana dispusimos todo para el viaje, miramos al cielo con algo de miedo, pero ciertamente la meteorología favorable acompañó todo el tiempo, y pudimos pasar un fin de semana magnífico del que, cómo no, quiero dar aquí cumplida cuenta. Seré breve. Prometido.


Lo primero, cómo no, fue el viaje de ida. Salimos temprano de Málaga, y prácticamente hicimos todo el recorrido con breves paradas pero sin dilatar la llegada, ya que nos esperaban unos amigos para almorzar. Así que, tras pasar Sevilla y adentrarnos en la zona norte de la provincia, entre alcornocales (Quercus suber) y encinares (Quercus rotundifolia), comenzamos a sentirnos libres y a despojarnos del lastre de la monotonía. Quedé encantado cuando, tras pasar esas magníficas dehesas llegamos a Extremadura, y a extensas estepas cerealistas donde campaban a sus anchas hermosísimos cernícalos (Falco tinnunculus) y milanos reales (Milvus milvus) como el de la fotografía.



Por supuesto, durante el viaje no faltaron bandadas de buitres leonados (Gyps fulvus) surcando el cielo en amplias espirales, aprovechando las térmicas en su continua búsqueda de restos animales y, claro está, la que sin duda es la viva imagen de Extremadura (como demuestra su distribución propia de Linux, LinEx), la cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Es asombroso ver hasta qué punto se encuentran extendidas en toda la comunidad, anidando en cualquier lugar que suponga para ellas una atalaya en la que criar, con la mayor tranquilidad, su prole.




Como puede observarse en las fotografías, los nidos de cigüeña no faltaban en ninguna de las torretas que se muestran. Un mayor acercamiento nos permite ver la pareja, descansando en el nido, y cómo vinculado al mismo encontramos gran cantidad de avecillas (gorriones comunes -Passer domesticus-, en la imagen), que anidan y viven en una relación de buena vecindad con aquellas.




Aquí vemos una de las cigüeñas en pleno vuelo, justo cuando estaba saliendo del nido en dirección al Guadiana.




Por último, llegamos a Mérida, donde nos esperaba un fin de semana repleto de acontecimientos. Pero eso quedará para una futura entrada del blog.

Chuck Norris


En los últimos tiempos han proliferado diversos chistes en torno a esta persona (o personaje, puesto que su "leyenda" ha traspasado las fronteras de la imaginación, y ahora es difícil discernir dónde acaba el personaje y empieza la persona). Conocido por todos los amantes del cine de acción y de artes marciales, Chuck Norris es, de por sí, lo que viene dándose en llamar "un crack".


Antes ateo, ahora defensor acérrimo de la Biblia desde programas de televisión o en su columna en el blog conservador WorldNetDaily, saltó a la fama en la película El Furor del Dragón, en la que se enfrentó a Bruce Lee en el Coliseo romano, mostrando un envidiable poder interpretativo, obra sin duda de su conocimiento de las milenarias artes orientales, como podemos comprobar a continuación:


[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=TbIwQMBeC2c&rel=1]

En cualquier caso, lo mejor son los chistes (hay algunos memorables), de los que dejo aquí algunos, así como enlaces a páginas donde se trata en más profundidad este interesantísimo tema.




  • Chuck Norris vende su orina en lata. Se la conoce como Red Bull.

  • La energía ni se crea ni se destruye, excepto si se encuentra con Chuck Norris.

  • El látigo de Indiana Jones esta trenzado con pelo de la barba de Chuck.

  • Chuck Norris es capaz de convertir ficheros PDF a Word con el buscaminas.

  • Cuando la Tierra fue creada, sólo había 2 hombres: Dios y Chuck Norris. Ya no ves a Dios por aqui, ¿verdad?


Y más sobre Chuck:


El "buscarrutas"

La verdad sea dicha, hace demasiado tiempo que no hago una escapada en condiciones al campo. Hace unos días plantaba aquí la letra de la canción Camino Soria , porque cuando fuimos a Zaragoza al apoteósico concierto de Héroes del Silencio, el 12 de octubre, quedé prendado de la belleza y la soledad de esa provincia, y me gustaría recorrerla con tiempo suficiente. Incluso en la escapada a Extremadura, en la que pretendía ver algunos dólmenes y bastante más campo, quedó frustrada mi apetencia campestre por culpa del cólico nefrítico cuyos coletazos se cebaron, una vez más, en mi riñón.


Pero bueno, pronto habrá alguna oportunidad más para disfrutar de la naturaleza. Cuando esto ocurra, uno de los aspectos que cualquier senderista debe tener en cuenta es trazar la ruta que desea seguir. Conocer los aspectos más importantes de la misma puede evitarnos problemas y sorpresas desagradables. Para ello, además de poder consultar en las páginas de diversos clubes de interesados en el senderismo y la montaña, de leer libros y estudiar mapas, ahora podemos consultar la WikiLoc , una web a nivel mundial en la que se nos muestran rutas que atraviesan interesantes lugares, y permite ver el trazado y dificultad de la ruta, representarla en Google Earth para ver su perfil, ver fotos que otras personas incluyeron de los lugares que más les impactaron, etc.


Para la próxima excursión me propongo hacer uso de esta herramienta. Y contar la experiencia.

Documentales en Internet

Aunque no soy demasiado aficionado a ver la televisión, la verdad es que, desde que vivimos en Málaga, echo un poco en falta un par de canales como Canal de Historia y Odisea . Siempre nos quedará La 2 , y con el escaso tiempo libre que nos deja un ritmo de vida cada vez más frenético, tampoco es que sobre demasiado tiempo para dedicarle a la caja tonta, pero es cierto que algunos de los documentales que emiten en esas cadenas evitan, junto a la lectura, que nos durmamos en el lecho de la ignorancia y el desconocimiento.


El caso es que, además de YouTube , en el que se pueden encontrar en ocasiones documentales como Metal: A Headbanger's Journey aunque sea divididos en trozos, existe cada vez más variedad en los servidores de streaming de video por Internet. Stage6 es uno de ellos, emitiendo video en DivX (no en formato Flash Video como YouTube ), con algo más de calidad, evitando conversiones de formato si, gracias a la venta de su descarga directa, deseamos grabar a CD el video para poder verlo en televisión, más comodamente. Documentales como la serie de Grandes Conquistas pueden encontrarse en un canal especial, Documanía , y la verdad es que se agradece.

La guía del autoestopista galáctico


El pasado domingo me encontraba postrado debido al dolor de riñón que me viene haciendo compaña desde hace un par de semanas, de modo que aprovechaba la situación para finalizar la lectura de este singular libro del que tanto había oído hablar, y que ya deseaba contar en mi haber de lecturas acabadas.


La historia del libro es bastante singular. Apareció originariamente como una serie radiofónica en la BBC y, debido a su éxito, Douglas Adams, su autor, decidió editarla en libro. Más concretamente, en una "trilogía en cinco volúmenes" que iniciaría éste del que hablo hoy. Tras él vendrían El restaurante del fin del mundo, La vida, el universo y todo lo demás, Hasta luego y gracias por el pescado, Informe sobre la tierra: fundamentalmente inofensiva, libros todos que ya estoy deseando leer.


La verdad sea dicha, La guía... me ha encantado. Está plagada de un humor irreverente, de modo que no me extraña que Adams fuese comparado en vida con los prolíficos Monty Python, con los que ya colaboró en sus tiempos mozos, o con las chifladuras de Kurt Vonnegut, de Lewis Carrol o Jonathan Swift. Para abrir boca, simplemente hay que plantearse la siguiente situación: Arthur Dent intenta impedir que su casa sea derruida para permitir el paso de una nueva autopista. Pero poco importará eso, ya que la Tierra va a ser igualmente demolida por los Vogones, una especie de burócratas espaciales que, igualmente, tienen que deshacerse de ella para permitir el paso de una autopista intergaláctica. De modo que en unas pocas páginas la Tierra es destruida (adiós preocupaciones por salvar la Tierra), y podemos acompañar a Arthur en su fin de semana por el espacio, ya que junto a su amigo Ford Prefect (alienígena redactor del libro La guía del autoestopista galáctico) hace autostop y es recogido por los Vogones que, sin saberlo, les salvan.


Poco después se unirán a un irreverente grupo formado por Tricia McMillan, otra terrícola, amor imposible de Arthur, y novia del presidente de la galaxia, Zaphod Beebledrox, un juerguista irreverente que busca, sin saberlo, la pregunta correspondiente a la respuesta última a Todo. Les acompañará también Marvin, el androide paranoide, un robot con sentimientos: de culpa, de remordimiento y con algo de depresión por su "no-vida".


Una paranoia adorable. Una aventura increíble. Y unas risas impagables. En la infinitud del Universo todo es posible. Hasta este libro.

Rompepiedras

Desde hace algo más de una semana he tenido unos ligeros problemas con el riñón, en el que se me han producido "arenillas", debido fundamentalmente a mi escasa afición a beber agua (los trotalomas, como seres de secano que somos, tenemos poca costumbre de hacerlo) y mi desmedida apetencia de productos salados. Si a eso sumamos que el agua de Santa Fe y de Málaga son bastante calcáreas, tenemos todos los ingredientes para un cóctel urinario perfecto.


Así pues, tras suministrarme analgésicos varios en vena, e ingerir otros por vía oral, me he encontrado bebido ingentes cantidades de agua diarias, y todo tipo de infusiones. Entre las recomendadas por el saber popular, se encuentran la cola de caballo (Equisetum arvense) y la hierba rompepiedras (Herniaria glabra). Esta última planta es la que da nombre a la entrada de hoy, ya que siempre me ha parecido una planta bastante singular.


No aparece en los anales de la literatura médica hasta el siglo XVI, por lo que sus propiedades no son conocidas, como ocurre con otros remedios naturales, desde el inicio de los tiempos. Su descubrimiento debió producirse de un modo bastante casual. Es una planta pequeña, que apenas pasa de arbusto, y que crece en todo tipo de terrenos, particularmente en los más pobres. Posiblemente por su hábitat habitual, ubicado en tierras poco fértiles y areniscas, comenzaría a ser usada para combatir afecciones de riñón. Es más, su nombre científico marca claramente el uso que se le dio inicialmente (tratamiento de la hernia), y mediante ensayo y observación se llegaría a determinar su utilidad en las dolencias renales. Hoy día ese razonamiento puede parecernos descabellado y falto de todo carácter científico, pero es indudable que durante milenios la medicina fue creciendo con este tipo de aportaciones.


Aunque su recolección en el monte no está permitida (se prohibe la recolección de plantas sin los permisos pertinentes), esta primavera será, sin duda, una de las plantas que estaré encantado de localizar en "La Dehesilla" cuando procedamos a efectuar el censo de especies de este espacio natural protegido en Andalucía.

El clan del oso cavernario

Siempre he sido un apasionado de la Historia, en general, y de la Prehistoria, en particular. Tanto por el lado más cercano a la biología y a la evolución como por el potencial literario de esa época. De hecho, hace unos meses, cuando nació La Dehesilla News, pensé crear un blog paralelo dedicado, precisamente, a esta parte de nuestra historia. Sin embargo, como tantas veces, la falta de tiempo hizo que dejase apartado ese proyecto. Quién sabe, tal vez algún día lo retomo. Entretanto, la verdad es que llevaba un par de días pensando en escribir una entrada referente a estos temas. Ayer, cuando venía desde Málaga a Granada, la imaginación volaba por encima de los riscos y entre los matorrales, en estos paisajes de roca caliza que me encantan. Pensaba, en particular, en algunos de los últimos libros que he leído en torno a este tema (algunos del profesor Arsuaga y de caracter más científico, otros, más novelescos, del propio Arsuaga, su Al otro lado de la niebla, que me pareció algo floja, Antes de Adán, de Jack London o William Golding y su genial Los herederos. Sin embargo, ningún otro libro me impactó tanto a este respecto como la saga de Los Hijos de la Tierra, que inició con un increible El clan del oso cavernario, la autora norteamericana J. M. Auel. Aunque los avances en la investigación de nuestro pasado ha dejado sin fundamento científico muchas de sus afirmaciones, no deja de dar una realista visión de la época, diez mil años atrás, cuando la última gran glaciación atrapaba bajo el hielo gran parte de Europa. Pensaba en el último volúmen de la serie, aún sin publicar, y en la avanzada edad de la autora. Se prevé su publicación para 2010 y, cuando llegue el momento, habrá que "repasar" la saga completa (seis volúmenes), y recorrer, una vez más, las extensiones desiertas de Europa, con destino a la que llegaría a ser Hispania miles de años después, junto a Ayla, la cromañón, en busca de los suyos.


Un apasionante viaje, una lectura recomendable en extremo que, esperemos, llegue a buen puerto en unos años.


Para saber más:

O.K. Corral



Aunque publicado inicialmente en este blog, debido a la temática de la entrada, más centrada en el aspecto tecnológico de la noticia (aun cuestionando las diversas implicaciones de la misma), he optado por moverla al blog Lobosoft.


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