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Paseando con Dexter

Con la lectura de Dexter, El oscuro pasajero y Querido Dexter he vivido una paradójica situación en la que se juntaban, por un lado, la pésima traducción del primero de los libros (algo mejor en el segundo, sin que llegue a ser como para lanzar las campanas al vuelo) y que ya conocía al personaje y parte de su historia gracias al par de temporadas de la serie de televisión que ya había visto, y por otro lado, el interesante descubrimiento de las notables diferencias entre las novelas y sus “adaptaciones” a la pequeña pantalla. El Dexter literario es, sin duda, mucho más ácido y mortífero que su equivalente televisivo, aunque carece –en parte- del encanto de éste. En cualquier caso, se hace querer, engancha a pesar de la mala traducción y me ha aportado unos buenos ratos de descanso tras llegar a casa de trabajar.
Ya estoy al acecho de la tercera parte, que aparecerá publicada en castellano el día 3 de noviembre, esperemos que con un mejor trabajo “traductoril”, aunque por lo que he leído por ahí, la historia que plantea Lindsay está un poco traída por los pelos. En cualquier caso, no puedo resistirme a evaluar ésta nueva aventura de nuestro psicópata preferido ;) .

Novelitas

Llevo unos días sin escribir por aquí, bastante más en La Dehesilla, y un poco menos en mi blog sobre informática, Lobosoft. En parte, la fiebre bloguera del verano se me pasó un poco, puede que por los problemas que sufrí en este último con los ataques de algunos "amigos" rusos. En parte, también, puede ser porque el tiempo es tan escaso que apenas puedo gastarlo (que no malgastarlo) escribiendo por aquí. Por último, son palabras que van al viento del ciberespacio, y no sé en qué ojos terminarán (aunque lo hacen en algunos, porque a Lobosoft llega gente de rebote :)). Pero sí que leo: libros, por fin, y nuevamente, y a bastantes bloggers. Esta mañana descubría un blog muy curioso, que me ha llevado a recordar viejos hábitos de infancia, y un "submundo literario" ya desaparecido: el de los Bolsilibros.

Dejo unos enlaces a quien pudiera interesar el tema:

La razón que te demora

Martes, 11 de noviembre, 20:30 de la tarde... La Renga en la Sala Vivero de Málaga. Una de las más grandes bandas "vivas" de la escena del rock allá en la Argentina. Pues habrá que ir, ¿no? ;) Ya sólo por esta canción merecería la pena:


Hay un destino que no tiene pruebas
por eso esta historia
puede que muera con una verdad
olvidada en tu memoria.

Será un camino que no tiene huella
la suerte que le ha tocado a la estrella
que te ha de guiar.

Hay un siempre para la batalla
y la razón que te demora
si hay una sombra para cada luz
corras a donde corras.

Quizá el destino sea una mentira
quizá lo único que quería la vida
era terminar con vos.

La ruta sigue más allá
de las luces de la autopista
secando al ojo de la lágrima te perderás de vista
como un relámpago en la fría noche
cruzarás los abismos
esos que guardan a la sombra
que te oculta de vos mismo.

Hay algo extraño ahí del otro lado
que te teme y te da la mano
para llegar hasta vos.

Hay un destino que no tiene pruebas
por eso esta historia
ya habrá muerto
con una verdad olvidada en tu memoria.

Será un camino que no tiene huella
la suerte que le ha tocado a la estrella
que te ha de guiar.

Habrá un siempre para la batalla
y la razón que te demora
si hay una sombra para cada luz
corras a donde corras.

Quizá el destino sea una mentira
quizá lo único que quería la vida
era terminar con vos.

Programas sobre libros

Es curioso comprobar cómo, a pesar de que transcurran los años, siguen siendo necesarias las medidas de fomento de la lectura, y cómo, por muchos que pasen, los efectos no se hacen patentes ni perduran en el tiempo. En ocasiones, además, lo poco que se hace, se hace mal, a conciencia o no. Es el caso que me encontraba ayer, cuando veía el programa que Canal Sur 2 emite para lectores: El público lee y, como cada domingo, se solapaba al menos en parte con Página 2, su equivalente en La 2 de TVE. Tenemos toda la semana disponible, y para un par de programas que se emiten en televisión intentando llevar el mundo de los libros a los lectores (quién sabe si algún no-lector se hará eco de sus propuestas), lo hacen el mismo día y casi a la misma hora. Ambos fueron interesantes, en cualquier caso. En El público lee entablaron debate con Juan Cruz, y en Página 2, bastante más dinámico y variado (más enfocado, me parece a mí, a captar no-lectores) entrevistaron a mi siempre adorado Paul Auster.

Yo, que ya antaño (de los ’80 hablamos) veía el programa infantil-juvenil Un cesto lleno de libros, y que –debo confesar- alguna vez he vencido doblemente al sueño viendo a altas horas de la noche Negro sobre blanco, el soporífero programa de Sánchez Dragó e incluso, en ocasiones, odiado a Dovstoievski por sus Noches Blancas al dar la idea a Dragó para el título de su programa en Telemadrid, soy bastante escéptico con estas iniciativas. No porque no las considere necesarias, sino justamente por lo contrario. Porque son tan necesarias que tiene poco sentido programarlas a las 2 de la madrugada, o el domingo por la tarde compitiendo con el –por desgracia- omnipresente fútbol. Máxime cuando compiten entre sí, televisión nacional y autonómica, públicas ambas, un mismo día a la misma hora.

Goodbye, Master

Profunda decepción: no he sido admitido en el Máster de la UNED que deseaba realizar. El año, que se presentaba interesante en lo tocante al aspecto académico, me da un revés. ¿Mejorar el inglés? Sí, es mi intención. Pero también lo era mejorar mi formación en la profesión que, para mal o para bien, desempeño día a día. Tal vez sea el momento de preparar alguna certificación, o especializarme en algún campo que me llame más la atención. O de reflexionar y ver qué rumbo toma mi vida en lo sucesivo...

Mañana de sábado

Sábado por la mañana. Me despierto temprano, desayuno un café bien caliente y bizcocho de chocolate. Autobús y camino a Málaga. La Hackmeeting espera, aunque al final resulto que yo la espero a ella, porque la falta de organización reinante (anarquía la llaman, a veces) provoca el retraso de las primeras charlas. Así que aprovecho para pasear un poco por el centro de la ciudad junto a la que resido, hace ya casi dos años, y que tanto desconozco. Calles Compañía y Comedias, interesantes ambas por los locales que me encuentro: una librería especializada en libros de viajes, montaña y mar, repleta de artículos relacionados con Tintín y sus aventuras, con una atmósfera que me retrotrae a tiempos remotos, a la cubierta de la Surprise junto a Aubrey y Maturin, al inhóspito norte arrastrándome tras un trineo junto a London. A compartir los 500 millones de la princesa india y el sueño de una prometedora ciudad de luz. A perderme en una isla, no la de Lost, sino la de misteriosa esencia a la que fueron arrojados Cirus Smith y sus compañeros. Compro un chocolate excepcional allí cerca, y me pierdo en otra librería, ésta de viejo, donde encuentro una primera edición de 1980 de la Nueva antología personal de Jorge Luis Borges, que se viene conmigo, como el gato de Bruguera, que tantas veces lo hizo en el pasado.
La Hackmeeting me defraudó, pero no puedo decir que perdiese el día. Ah, y la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión parece extender sus casetas en el Paseo del Parque de Málaga. Más tentaciones bibliófilas a la vista.

Diga 33

No, no me encuentro enfermo, ni he tenido que ir al médico para que me atienda (poco) solícito y me requiera para cantarle, cual niño de San Ildefonso, la famosa cifra: treinta y tres; ciento veinticinco mil peseeeetaaaaas… Sí señores, pesetas, pues en esa moneda comprábamos en los años en los que crecí. Treinta y tres añitos ya (sí, vale, la edad de Cristo y todo eso) cumplí hace un par de días en un día que pasó sin pena ni gloria, como tantos otros, aunque eso sí, en general, bien acompañado. Ni estaban todos los que eran, ni eran todos los que estuvieron, pero en cualquier caso, los que son lo saben bien, y son siempre bienvenidos, en la distancia o no.

Aproveché el día para salir al campo, y para encontrarme con los devastadores efectos de la fuerza del viento sobre los árboles. Multitud de chopos caídos, como es habitual, a los que se les sumaban incluso las copas de algunos pinos y álamos blancos. Al menos, unos nogales especialmente queridos para mí seguían en pie y sin daños aparentes. Thor y yo anduvimos bajo sus copas, siempre imponentes aunque ya desnudas por el otoño.

Aparte de esto, poco más que contar sobre los últimos días. He aprovechado para leer bastante (no tanto como hubiese querido, claro, pero sí algo más de lo que viene siendo habitual). Terminé Un grito de amor desde el centro del mundo, una novela del japonés Kyoichi Katayama que se deja leer con delectación, aunque resulta algo más ligera que las de mi admirado Murakami. Suyo es Sauce ciego, mujer dormida, el libro de relatos que tengo a mi lado, listo para hincarle el diente. También acabé anoche Dexter, el oscuro pasajero, de Jeff Lindsay, la novela en la que se basa la primera temporada del psycho killer más cautivador. Eso sí, tiene ligeros cambios argumentales respecto a la serie de televisión, centrándose más en la visión de Dexter sobre sus compañeros y su “oscuro pasajero”, y la traducción deja –mucho- que desear. Estoy deseando comenzar Querido Dexter, aunque espero encontrarme con un trabajo de traducción un poco más elaborado.

Para colmo de bienes, acabo de descubrir que han reeditado Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek, un clásico de la literatura que se encontraba inexplicablemente descatalogado desde hacía años. La anterior edición, de la editorial Destino, era bastante manejable (yo lo leí hace años porque en la Biblioteca Pública de Granada tenían una copia), pero la nueva edición que nos llega de la mano de Galaxia Gutenberg y Círculo de Lectores. Ya tengo lectura para la Navidad :) .

Por último, sigo con la lectura de Choque de Reyes, segunda parte de la increíble saga de fantasía creada por George R.R. Martin. Y empiezo a sentir la imperiosa necesidad de crear una Wiki con los personajes y situaciones de los libros, para evitar perderme cuando llegue al quinto volumen. Existen interesantes iniciativas en la red, como la web Westeros, pero claro, en el idioma de Shakespeare y de Martin. Quién sabe…

¡Salud!

El retorno

La verdad es que sí, que llevo bastante tiempo sin escribir en el blog (en ninguno de ellos), más por desidia que por otra cosa. Llego a casa, hago algo de ejercicio (muy ocasionalmente, bicicleta estática de por medio y un capitulo de Dexter por delante), o me tumbo a leer algunos libros (Un grito de amor desde el centro del mundo, que debo reseñar, o Dexter, El oscuro pasajero, de Jeff Lindsay, simultaneándolos con la lectura de la saga de Canción de Hielo y Fuego, que me encanta).

El blog, eso sí, ya está migrado a Blogger desde Wordpress -cut&paste(TM) mediante-, y el dominio, que me ha dado alguna guerra por depender de servicios gratuitos externos (como EditDNS) apunta al nuevo blog. Ahora me queda buscar o crear una buena hoja de estilos para que luzca de forma adecuada, pero de momento ya está nuevamente disponible, que era lo realmente necesario.

Pero además, ¿cómo encontrar la disposición para ponerse a escribir o trabajar con semejante ejemplo?

;)