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Dexter


Siempre he sido bastante ecléctico en lo que a gustos se refiere, y por tanto no es de extrañar que en mi etapa –más infantil que juvenil- de profundo entusiasta de la Inglaterra Victoriana fuese tan admirador del personaje más universal de las letras inglesas (hablo de Sherlock Holmes, y corríjanme si me equivoco ante tamaña afirmación) como del desafortunadamente real Jack el Destripador. Tal vez debido a esto, no debería resultar inusitada la afirmación de que el personaje de Dexter me resulta especialmente atractivo.

Descubrí al encantador asesino en serie de Miami gracias a la fervorosa recomendación de una amiga, aunque no fue hasta transcurridos unos meses de su comentario que, casualmente vi un capítulo de la serie de televisión y, recordando su entusiasmo, me dispuse a verlo. La verdad, he de admitirlo, me encantó. Dexter, en televisión, piensa como un asesino pero no deja de ser adorable. Descubierto el placer, devoré con ansia toda la primera temporada, y a continuación, la segunda de esta increíble serie. Entretanto, había descubierto que –supuestamente- el argumento de aquella estaba basado en una serie de libros escritos por Jeff Lindsay, y como no hay libro que se me resista –de momento, que aún no he probado con el Ulises de Joyce, y me comentan por aquí que tiene un trago-, me dispuse a conseguirlos. Afortunado de mí, fueron cayendo en mis manos en sucesivas entregas, presentes siempre de mi pequeña Lycis.

Lo primero que he de decir es que la serie no sigue (excepto la primera temporada, y sólo parcialmente) los argumentos de los libros. Bien, por un lado, ya que así tenemos Dexter para rato. Mal, por otro, porque si bien el Dexter de los libros es más ácido en sus comentarios y despiadado en sus acciones que el de la serie, también es un poco menos encantador, aunque sigue cayendo bien, eso sí. En cuanto a los libros en sí, la traducción (en particular, el primero de ellos, El oscuro pasajero) es bastante mala, aunque gana unos puntos en el segundo (Querido Dexter) y tercer libro (Dexter en la oscuridad) publicados.

Como apuntaba unos días atrás, el último de ellos había caído en mis manos hacía poco, y precisamente esta mañana he terminado de leerlo. Lo he devorado, literalmente, y es que aunque la trama no resulta demasiado novedosa (después de combatir al asesino del camión de hielo en el primer libro, y enfrentarse a un doctor un tanto chiflado en el segundo, Dexter parece llegar al Templo Maldito de Indiana Jones para encontrarse con los malos de El secreto de la pirámide), el libro engancha.

Ahora, tengo pendiente la tercera temporada que, por lo que he leído por ahí, parece prometedora. Ah, y según parece, Lindsay pretende sacar un cuarto libro en 2009. A ver si tenemos suerte, y se le va un poco menos la pinza cuando lleve a Dexter a París. Sí, dejamos la jungla que parecen ser las calles de Miami para volar a Europa. ¿Visitará nuestro asesino en serie preferido la Rue Morgue? Habrá que esperar un poco para saberlo.

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