Dado que desde ayer no hay crisis en España (al menos, hasta dentro de un par de semanas o tres, cuando pase la euforia balompedística del momento) y hoy el egopatrismo impera en los sentimientos de la mayoría de los españoles, me sumo en un sentido homenaje al estupor causado por una inesperada victoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa 2008. Aunque hay creyentes que siempre confiaron en ella , me consta que la mayoría no se entusiasmaba (o no quería hacerlo) hasta alcanzar ayer la victoria. He de confesar que, aunque no me gusta el fútbol y aborrezco los sentimientos nacionalistas y patrióticos, esta vez ganó el juego limpio frente a las acometidas teutonas cargadas de juego sucio, y por ello me alegra el resultado.
En cualquier caso, como cantaba el genial Enrique Bunbury,
También un extraño en mi tierra
aunque la quiera de verdad
pero mi corazón me aconseja:
los nacionalismos que miedo me dan
Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni límites ni fronteras
Extranjero soy.
Pero puestos a llevar a cabo homenajes y más homenajes , o a sacar hoy una bandera, cito a mi querida pareja para decir que
¡PUDIMOS!
Eso sí, a ver si podemos de paso cuidar algo más este planeta azul, si no queremos que vistiendo "la roja" la Tierra se convierta en un nuevo Marte.
Ayer pudimos disfrutar del buen hacer en concierto de Luz Casal en Málaga. Esta mujer imbatible ha superado una dura etapa de enfrentamiento con la enfermedad, y ahora suma su esfuerzo al de asociaciones y administraciones a la hora de combatir la plaga del último par de siglos: el cáncer.
Aunque el lugar del concierto no fue, a mi parecer, el más indicado (aunque siempre será preferible ver un concierto a que se celebre allí una corrida de toros), y la acústica desmereció, sobre todo al principio, la voz de Luz y los acordes de su grupo, poco a poco fue mejorando el sonido, conforme pasaba de un pequeño escenario central, donde entonó sus canciones más intimistas y profundas, hasta el gran escenario donde nos deleitó con sus clásicos más rockeros . Finalizó la actuación en la buena compañía de artistas locales, y no dejó mal sabor de boca a nadie, a pesar de lo dispares que éramos los asistentes al concierto.
Etiquetas: conciertos, música, rock
Acabo de salir de trabajar, y volviendo a casa desde el Peteá (el Parque Tecnológico de Andalucía , vaya) he podido ver por segunda vez un alcaudón común de caza. Hace unos días lo vi en lo alto de una pequeña rama, en el centro de una loma cubierta de césped, oteando desde su pequeña atalaya. Al verme, voló huyendo. Hoy, antes de hacer el amago de huir buscando el refugio de un pequeño soto, le he visto lanzarse sobre el campo, intentando cazar algún pequeño ratón.
Ventajas, amigos, de no usar el transporte privado para ir a trabajar ;) . ¡Y una buena forma de empezar el fin de semana, pardiez!
Etiquetas: aves, medio ambiente
Encuentro en el Blog de Forestman una serie de enlaces a webcams que emiten en tiempo real, y on-line, la vida de varias nidadas de aves. Cigüeñas negras en Estonia y Águilas imperiales nos muestran sus intimidades, y permiten descubrir momento a momento sus apasionantes vidas. Sin duda, una interesante herramienta para disfrutar y aprender a amar la naturaleza.
Etiquetas: aves
Hoy es el Día Mundial del Medio Ambiente, un día que según las noticias que se pueden leer últimamente, debería ser un día de reflexión, ya que difícilmente podría serlo de celebración. Reflexión sobre cómo nuestras decisiones individuales afectan al planeta, hasta en los aspectos más insospechados.
Si tomamos por ejemplo el agua, uno de los recursos más limitados del planeta (especialmente en lo referido al agua potable), posiblemente dentro de unos años estemos hablando de guerras por el agua (equivalentes a las guerras por petróleo que tanto se dan en la actualidad). Pensemos por ejemplo que para conseguir una taza de café son necesarios 140 litros de agua (para el cultivo, producción y empaquetado de los granos de café). Esto es el equivalente aproximado a la cantidad media que gasta una persona durante el día, para beber y realizar las tareas del hogar. Para obtener un trozo de queso de 500 gramos serían necesarios unos 2.500 litros de este recurso; para un litro de leche, más de 3.000; para un kilo de carne de res, más de 10.000... Es decir, en el menú diario, un consumidor emplea entre 2.000 y 5.000 litros de agua, que ha sido necesaria para llegar a producir el consumo (sólo a nivel alimenticio, que respecto a otras necesidades también podríamos hablar) de una persona en un día.
En estos días estoy leyendo un interesantísimo libro de Jane Goodall (conocida por sus trabajos de investigación con chimpancés) sobre la comida (Otra manera de vivir). Las necesidades alimenticias de la población, y el coste que conlleva a la Tierra y el medio ambiente (la huella ecológica) nuestro actual modelo de vida. Un modelo desarrollista que no pone freno a las necesidades (generadas artificialmente en su mayoría) de una población creciente.
Como decía en su informativo hace unos días Iñaki Gabilondo, nos quedan unos años para corregir nuestro comportamiento. Podemos aprovecharlos, y salvar el planeta (y de paso, a nosotros mismos), o pasar de largo, ajenos a todo de forma consciente o inconsciente, regodeándonos en nuestra miseria y exterminar, como venimos haciendo hasta ahora, a todo ser viviente. Porque el refranero es sabio, y ya saben lo que dice: "todo aquello que corre, nada o vuela, a la cazuela".
Así nos va.
Etiquetas: ciudadanía, medio ambiente, sostenibilidad
El pasado viernes, día 30 de mayo, estuve con Ro en la librería Luces, que cumplía 5 años de existencia, echando un vistazo a los libros y presenciando una de las iniciativas que llevaron a cabo como celebración del lustro de existencia de la cadena de librerías. En concreto, estuvimos viendo a varias personas-libro recitando fragmentos de obras literarias, y ciertamente fue bastante emotivo. Para aquellos que aman los libros, pensar en la quema de libros simbólicas (como la que perpetran el barbero y el cura con los libros de caballerías de Don Quijote) o no (la de Berlín, o la que se produjo durante la guerra civil española, o tantas otras otras) es sumirse en el horror de la vergüenza y la barbarie. Porque sin libros, sin cultura, somos más vulnerables. Porque sin cultura, que no es patrimonio de la humanidad, sino de nosotros los hombres y otros seres (grandes simios, delfines y otras especies poseen rasgos culturales bastante marcados entre sus poblaciones), no somos nada.
Y, para evitar esta quema, os recomiendo un libro, personas:
Etiquetas: libros, literatura
Aquí tenemos La opinión de Gabilondo que emite diariamente la cadena televisiva Cuatro al comienzo de su noticiario. Se trata de la correspondiente al día de ayer, y no puede parecerme más acertada.
"Tendemos a creer que el primero de los datos, el del paro, nos afecta a “nosotros”; y que el segundo, el del hambre, les afecta a “ellos”. Error. Es una mirada equivocada, prehistórica. Sólo entraremos en la historia cuando reconozcamos que la globalidad, de la que hablamos sin cesar, nos obliga a ver el mundo como un cuerpo humano único. Pero todavía seguimos en el pasado. Para el hambre del mundo, un poco de dinero. Nuestra receta es un espolvoreo de solidaridad, una versión actualizada y laica del Domund. Y está bien, naturalmente. Pero es inútil que nos engañemos porque intuimos, casi casi sabemos, que no tendremos futuro si no transformamos profundamente nuestra manera de vivir. Ya hoy, hasta los análisis más superficiales de este problema nos obligan a poner en cuestión nuestros comportamientos. Desde el proteccionismo agrícola de Europa y de los Estados Unidos hasta unos modelos de desarrollo y crecimiento poco o nada sostenibles. Pero en fin, todavía podemos fingir unos pocos años más, y seguir como si nada. Pero más pronto que tarde tendremos que hacer frente a la evidencia. Lo que les pasa nos pasa. No nos pasa sólo nuestro paro; nos pasa también su hambre. Tendremos que ampliar el significado del pronombre "nosotros" y extenderlo un poco más allá de nuestras narices. Y olvidar la estupidez suicida de pensar que no importa si hay fuego en el edificio porque no es en nuestro piso."
Iñaki Gabilondo.
Pueden encontrarse más opiniones en la web de Cuatro.
Etiquetas: mezcolanza
Aunque cada vez es más difícil disponer de una vivienda con un patio con su pequeño jardín, de un balcón o terraza con abundantes plantas, o disponer de una casa, a secas, si tenemos la suerte de disfrutar de una casa con alguna de estas características o tenemos cerca de casa algún parquecito, es probable que la manualidad de hoy nos depare grandes satisfacciones.
Vamos a construir, reciclando un tetra-brik de leche, una caja-nido para pequeñas aves. Para ello, necesitaremos unos elementos básicos: la caja de leche, por supuesto, un poco de harina y agua, para preparar engrudo (ya que, aunque sería factible usar otro tipo de pegamentos, deseamos producir el menor impacto posible en el medio ambiente), un pequeño cazo y un cucharón para remover y untar el engrudo. Más adelante necesitaremos también un poco de tierra mezclado, a ser posible, con restos vegetales.
Preparamos el engrudo, diluyendo una parte de harina en cinco o seis de agua en el cazo (para la caja-nido nos bastará con algo menos de medio vaso de harina y tres vasos de agua), y calentando la mezcla hasta llevarla a ebullición. Continuamos removiéndola durante unos 10 ó 15 minutos (más incluso, en función de la proporción de agua-harina usada), hasta que la mezcla se torne consistente, como si de un pegamento se tratase. Una vez preparado lo retiraremos del fuego, guardándolo cuando se enfríe en un recipiente que podamos cerrar.
Iremos untando el engrudo sobre el tetra-brik de leche, hasta cubrirlo por completo. Una opción es hacerlo por partes, siguiendo el proceso que describiremos a continuación, para evitar pringarnos de engrudo y por comodidad.
Ya lo hagamos de una vez, ya sea por partes, una vez untada la caja de leche de engrudo, procederemos a esparcir sobre el mismo la mezcla de tierra y restos vegetales, quedando cubierto por completo, lo que le dará un aspecto terroso, muy adecuado para no asustar a los pájaros, que se aclimatarán con mayor facilidad a la caja-nido, y también evitará que sea detectada por sus depredadores naturales.
Pasadas unas horas, la caja se habrá secado y podremos proceder a terminar su cubrición si no la llevamos a cabo por completo. Una vez cubierta y secada en su totalidad, podemos proceder a efectuar un agujero por uno de los lados estrechos de la caja, a media altura, permitiendo así el acceso de las aves al interior de la caja. Ya sólo nos queda buscar una rama adecuada en un árbol, donde quede protegida de las inclemencias del tiempo y de posibles depredadores. Colgaremos la caja mediante un hilo bramante, o la ataremos a la rama, si ésta es suficientemente vertical. A partir de este momento, sólo nos queda esperar a que los pájaros se acostumbren a su presencia, y decidan explorarla y ocuparla. Con un poco de suerte, tendremos ante nosotros una divertida primavera de observación ornitológica.